Janet Yellen fue la primera mujer nombrada como secretaria del Tesoro en EE.UU., Chloé Zhao fue la segunda mujer en ganar el Oscar a mejor director y Emanuelle Charpentier y Jennifer Doudna fueron la sexta y séptima mujer en ganar el Premio Nobel de Química. ¿Qué tienen en común todas ellas? Son mujeres que han sido destacadas por su trabajo en sus diferentes áreas durante el año pasado y lo que llevamos del 2021, abriendo espacios para que más mujeres puedan tener nuevas y mejores oportunidades en el campo laboral.

Según datos de Crunchbase, plataforma que agrupa información de miles de empresas, incluir a más mujeres en el mercado laboral podría impulsar a la economía global en más de US$5 billones, debido a que las compañías manejadas por mujeres generan 2,5 más ingresos por cada dólar invertido que las dirigidas por hombres.

Además, cifras del portal Statista, con base en el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2018-2019, muestra que entre los países con mayor porcentaje de mujeres emprendedoras está Chile (en segundo lugar), con 21,2% y Colombia (en el tercer lugar), con 17,8%, seguidos por Brasil, Canadá, Estados Unidos, India y Argentina.

El año pasado un estudio reveló que la industria Fintech en América Latina se alzó con la mayor cantidad de firmas creadas por mujeres o con alguna de ellas en el equipo fundador en 2020, formando parte de un tercio de las nuevas Fintech en la región. Esto está muy por sobre el promedio mundial, que se ubica en torno al 7%.

En esta línea, un estudio realizado este año por Laboratoria en conjunto con el Laboratorio de Innovación del Banco Interamericano del Desarrollo (BID Lab) reveló que apenas el 52% de las mujeres adultas forma parte del mercado laboral y en la industria tecnológica de América Latina constituyen solo el 30% de las personas empleadas.

Además, el informe señaló que la inclusión de las mujeres en el sector tecnológico se ve dificultada por limitaciones de los sistemas educativos tradicionales, la adopción de sesgos inconscientes sobre su desempeño en el área y las expresiones de discriminación laboral, entre otras.

Hoy son muchas más mujeres que hace 10 años en el sector tecnológico, sin embargo aún queda todavía mucho camino por recorrer para que todas puedan tener la oportunidad de desarrollar las habilidades con el objetivo de innovar en nuevas soluciones para la sociedad. De cumplirse esta meta, se generará una sinergia virtuosa que beneficiará a todos: mujeres, hombres, empresas, economías y países.