¿Cómo la ansiedad Impacta de manera diferente el liderazgo en hombres y mujeres?
Uno de los estereotipos más persistentes sobre las mujeres es la idea de que son excesivamente emocionales, lo que afecta negativamente su capacidad para liderar. Esta percepción implica que las mujeres son menos aptas para roles de liderazgo porque se cree que sus decisiones están más influenciadas por las emociones en comparación con los hombres.
Sin embargo, la investigación realizada en Harvard por la Dra. Ivona Hideg desafía esta creencia. El estudio sugiere que, en momentos de incertidumbre, las mujeres podrían ser menos propensas que los hombres a actuar basándose en sus emociones. Esto se debe a la socialización que las lleva a priorizar las necesidades de los demás por encima de las propias. En momentos críticos, como durante la pandemia, las mujeres líderes suelen enfocarse más en el bienestar de sus equipos que en sus propias emociones.
El estudio de Harvard se centró en dos emociones clave que predominan en situaciones de incertidumbre: la ansiedad y la esperanza. La ansiedad surge cuando se percibe una falta de control, mientras que la esperanza aparece cuando las personas creen que aún tienen influencia sobre el entorno. Durante la pandemia de Covid-19, un momento de alta incertidumbre, se analizó cómo estas emociones afectaban a líderes y su comportamiento.
La teoría de la evaluación emocional sostiene que las emociones surgen según cómo las personas interpretan una situación. En este contexto, los líderes que experimentan ansiedad pueden intentar recuperar el control mediante comportamientos negativos, como una supervisión abusiva. En cambio, los líderes que sienten esperanza suelen optar por conductas más solidarias, como el apoyo a sus subordinados en necesidades no laborales, lo cual fue esencial durante la pandemia.
La investigación realizada predijo que las mujeres estarían menos influenciadas por sus emociones en comparación con los hombres. Esto se debe a que, debido a las expectativas sociales, las mujeres están más inclinadas a cuidar de los demás. Durante tiempos de crisis, es más probable que las mujeres gestionen internamente sus emociones en lugar de manifestarlas de manera perjudicial para sus equipos. Así, las mujeres líderes se mostrarían menos propensas a ejercer comportamientos abusivos, a diferencia de los hombres, que sí tendieron a hacerlo cuando experimentaron niveles altos de ansiedad.
El estudio, que involucró a 137 líderes y sus subordinados en Europa, mostró que, aunque las mujeres líderes reportaron niveles más altos de ansiedad, sus comportamientos no se vieron alterados por esta emoción. Mientras que los hombres tendían a ejercer una supervisión abusiva cuando se sentían ansiosos, las mujeres siguieron enfocándose en el apoyo a sus equipos. Además, los hombres solo ofrecían apoyo familiar cuando se sentían esperanzados, mientras que las mujeres lo hacían de manera constante, independientemente de sus emociones.
Estos resultados desafían la antigua creencia de que las mujeres son demasiado emocionales para ser líderes eficaces. De hecho, durante la pandemia, las mujeres demostraron ser más capaces de gestionar sus emociones que los hombres, liderando con compasión y enfocándose en el bienestar de sus equipos. Esto sugiere que el estereotipo de que los hombres son líderes más racionales es, en muchos casos, incorrecto.
El estudio también subraya que liderar con emociones positivas, como la esperanza, está vinculado a una mayor efectividad. Sin embargo, hombres y mujeres son juzgados de manera diferente por expresar emociones. Las mujeres que muestran emociones negativas suelen ser más penalizadas que los hombres, lo que resalta la necesidad de reevaluar cómo se valoran las emociones en el liderazgo.
El estudio de Harvard destaca la importancia de un liderazgo que valore el cuidado y la compasión. En tiempos de incertidumbre, los empleados buscan líderes comprensivos, y los estilos de liderazgo transformacional, que son más comúnmente practicados por mujeres, están ganando reconocimiento. Sin embargo, es crucial que las organizaciones comprendan que las mujeres no siempre son recompensadas de la misma manera que los hombres por este tipo de liderazgo.
Para superar este sesgo, las empresas deben reconocer cómo los estereotipos de género afectan la percepción del liderazgo y trabajar para que los comportamientos compasivos sean igualmente valorados, sin importar el género del líder.
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