¿Por qué resulta tan desafiante el liderazgo en tiempo real?
En ocasiones, al asumir roles de liderazgo, todo fluye sin contratiempos. Implementamos cambios con confianza y compasión, y los demás responden de manera positiva, aceptando y aprovechando los cambios, incluso cuando son difíciles.
Sin embargo, en otras situaciones nos encontramos estancados, sin que nada parezca conectar. ¿Cuál es la diferencia crucial? Según un artículo de HBR escrito hace casi dos décadas, la clave radica en nuestro estado psicológico, denominado como el “estado fundamental de liderazgo”. En este estado, expresamos lo mejor de nosotros mismos de manera natural, aventurándonos más allá de lo conocido para perseguir objetivos ambiciosos, encarnar nuestros valores más elevados y demostrar empatía genuina. Este estado, también conocido como liderazgo en tiempo real, puede ser difícil de alcanzar, pero es fundamental para lograr grandes cosas.
A lo largo de los años, se han identificado cuatro obstáculos comunes para acceder a este estado: la percepción de que no hay alternativas, la falta de esperanza, la limitación de tiempo y la creencia de que no se necesita liderazgo. Estos obstáculos, en su mayoría, son patrones de pensamiento que pueden superarse.
Para superar la percepción de que no hay alternativas, es esencial adoptar nuevas perspectivas y cuestionar las limitaciones autoimpuestas. Preguntas como cuándo se han hecho excepciones en el pasado o qué organizaciones manejan situaciones de manera diferente pueden ayudar a abrir la mente a nuevas posibilidades.
El segundo obstáculo, la falta de esperanza, puede paralizar el liderazgo en tiempo real. Para superar este obstáculo, es útil revisar éxitos pasados, establecer objetivos de aprendizaje en lugar de éxito instantáneo y buscar apoyo en otros para encontrar soluciones. Dividir los desafíos en partes más pequeñas también puede hacer que parezcan menos abrumadores y conducir a pequeñas victorias que fortalecen la moral.
Por último, el tiempo limitado puede convertirse en un obstáculo si se aborda de manera reactiva en lugar de proactiva. Para gestionar eficientemente el tiempo, se sugiere confiar en personas y procesos confiables, corregir ineficiencias en la organización y abordar primero las actividades más conflictivas. Enfrentar el conflicto, en lugar de evadirlo, puede resultar en ahorro de tiempo a largo plazo.
Al superar estos obstáculos, los líderes pueden acceder al estado fundamental de liderazgo o liderazgo en tiempo real, facilitando la consecución de logros significativos.
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