
¿Cómo encontrar un equilibrio entre tu trabajo y vida personal?
La verdad es que el antiguo esquema de trabajar de nueve a cinco ya quedó atrás. Hoy vivimos hiperconectados: correos, chats, videollamadas… todo está al alcance de un clic, sin importar la hora. Por eso, más que obsesionarnos con lograr un “equilibrio ideal”, necesitamos aprender a usar nuestro tiempo con intención.
Kristel Bauer, autora del libro Work-Life Tango, propone un enfoque más realista y flexible sobre esta dinámica. El modelo tradicional de equilibrio entre vida y trabajo, con horarios rígidos y fronteras claras, ya no se adapta a la vida actual. En cambio, la tecnología nos tiene disponibles casi todo el tiempo, lo que nos obliga a ser más conscientes de cómo usamos cada momento del día.
Su propuesta es clara: no se trata de dividir tu vida en dos mitades perfectas, sino de encontrar una armonía que te permita dar lo mejor de ti sin culpa por no estar 100% “desconectado”. La clave, según ella, es empezar a vivir y trabajar con propósito.
En su libro comparte tres ideas prácticas que te pueden ayudar a lograrlo, y aquí te dejamos un adelanto para que empieces a aplicarlas desde ya:
1. Desarrolla tu autoconciencia
Para avanzar hacia donde realmente quieres estar, primero necesitas observar con atención (y sin juzgarte) dónde estás hoy. Si no tienes claro qué te frustra o te tiene estancado, va a ser difícil hacer cambios que de verdad te funcionen.
La autoconciencia es el primer paso para tomar mejores decisiones. Cuando eres consciente de lo que te afecta, puedes elegir actuar diferente. Ahí es donde empieza el verdadero cambio.
2. Fortalece tu relación contigo
Todo empieza por ti. Cuando tienes una buena relación contigo mismo, puedes mostrarte con autenticidad en todas las áreas de tu vida: la maestría, el trabajo, tus relaciones personales. Además, te ayuda a tener claridad sobre qué es lo que realmente importa.
Un buen punto de partida es identificar qué cosas te recargan. Pregúntate: ¿qué me da energía?, ¿qué me ayuda a sentirme más saludable, feliz o enfocado?, ¿le estoy dando espacio a esas cosas en mi rutina?
Si la respuesta es no (o no tanto como te gustaría), es momento de priorizarte. No necesitas hacer cambios radicales, pero sí constantes. Porque cuando tú estás bien, todo lo demás empieza a fluir mejor.
3. Identifica tus ladrones de tiempo
Haz una pausa y piensa: ¿qué cosas están absorbiendo tu atención sin aportar nada valioso a cambio? Tal vez es el celular, con notificaciones constantes que te sacan de foco, o ese hábito de revisar redes “solo un momento” que termina siendo media hora de scroll sin sentido.
También puede ser la costumbre de hacer varias cosas a la vez, creyendo que así eres más productivo, cuando en realidad solo terminas más cansado y menos enfocado. O quizás te cuesta decir que no, y terminas aceptando compromisos que no quieres ni puedes asumir.
En Work-Life Tango, Bauer habla de algo muy importante: los límites son una forma de respeto propio. Y aunque no siempre es cómodo ponerlos, son esenciales para construir una vida más equilibrada, plena y consciente.
Cuando identificas lo que te desgasta y empiezas a responder de forma distinta, recuperas el control de tu tiempo y tu energía. Ahí es donde empieza el cambio. Ahí es donde realmente empiezas a vivir con intención.