UE-Mercosur: El acuerdo comercial que rediseñará el comercio global
Tras 26 años desde el inicio de las conversaciones, la Unión Europea (UE) y el bloque de Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia (aunque este último aún no formará parte) han concluido, el 6 de diciembre de 2024 en Montevideo, las negociaciones y cerrado el texto del acuerdo UE-Mercosur. Además de la creación de la mayor zona de libre comercio mundial, de cerrarse este cuerdo, influirá en el diálogo político y la cooperación en áreas como la migración, la economía digital, la investigación, la lucha contra el terrorismo, los ciberdelitos, así como los derechos humanos o la protección del medio ambiente.
Es “una victoria para Europa. Es un día verdaderamente histórico (…) Estamos reforzando nuestra asociación como nunca antes y al hacerlo estamos enviando un mensaje claro y poderoso al mundo”, afirmó ese día la presidenta de la Comisión Europea, Ejecutivo de la UE, Ursula Von der Leyen, quien lo ve como una oportunidad política, además de una necesidad económica.
El objetivo
Aunque se logró un acuerdo de principio en 2019, la negociación ha sido reabierta para abordar los compromisos de sostenibilidad. En caso de ser ratificado, el acuerdo eliminaría de manera gradual los aranceles al 91% de las exportaciones de la UE al Mercosur, incluidos productos industriales y alimentarios, y al 92 % de las exportaciones del Mercosur a la UE.
Las importaciones agrícolas sensibles serían controladas mediante cuotas, derechos dentro de esas cuotas, largos períodos de introducción gradual y salvaguardias ante posibles alteraciones del mercado. El acuerdo también incluiría elevados estándares sanitarios y fitosanitarios, para garantizar el mantenimiento de la seguridad alimentaria y la protección del medio ambiente. Asimismo, protegería alrededor de 350 de las indicaciones geográficas (IG) de la UE en el mercado del Mercosur.
El acuerdo tiene como objetivo fortalecer los lazos entre ambas regiones, contribuir a la seguridad económica, contrarrestar el proteccionismo y el unilateralismo, y establecer la mayor zona de libre comercio de la UE, beneficiando a más de 700 millones de personas y por tanto, reforzando de manera significativa su peso geopolítico.
El camino
A este acuerdo todavía le queda camino por recorrer. Tiene que someterse a una revisión jurídica, tras la cual tendría que ser traducido a todas las lenguas oficiales de la UE. Una vez completados estos trámites, la Comisión lo presentaría al Parlamento y a los Gobiernos de los Estados miembros para su aprobación. Los eurodiputados examinarían el texto y se pronunciarían, primero en la comisión de Comercio Internacional. Después, el pleno debería decidir si aprueba o rechaza el acuerdo.
Para su ratificación, hace falta una mayoría en el Parlamento y en el Consejo una mayoría cualificada, el 55% de los Estados que sumen al menos el 65% de la población. Pero Francia, Irlanda, Países Bajos, Polonia e Italia, no están convencidos. Temen que afecte negativamente a los productores agrícolas comunitarios. Aun así, las negociaciones van por buen camino, y es posible que avancen aun más con la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, como contraparte a su política arancelaria.
De cerrarse el acuerdo UE-Mercosur, sería una acción contundente hacia un comercio internacional regulado, que beneficiaría a los productores latinoamericanos y europeos.