¿Cómo vencer el síndrome del impostor?
Visualiza este escenario. Eres el exitoso dueño de negocio con una empresa próspera. Tienes un gran equipo y tus finanzas están en orden. Estás creciendo rápidamente y puedes obtener un ingreso sustancial de tu negocio. Pero ahora imagina que, incluso con toda la prosperidad y el éxito que has alcanzado, en lo más profundo de ti te sientes como un verdadero engaño.
El síndrome del impostor es sorprendentemente común entre profesionales y emprendedores. Según una reciente encuesta de NerdWallet, un asombroso 78% de los líderes empresariales informó que personalmente ha experimentado el síndrome del impostor en el lugar de trabajo, lo que lleva a que el 59% de ellos considere renunciar a sus puestos, incluso después de encontrar un éxito sustancial en sus roles. Algo que no sorprende es que la prevalencia del síndrome del impostor tiende a ser mayor en entornos competitivos y de alto estrés. También parece afectar a las mujeres casi el doble que a los hombres, posiblemente debido a las luchas comunes para equilibrar las obligaciones laborales y familiares.
Aunque nadie puede afirmar entender la causa exacta del síndrome del impostor, los estudios sugieren que es probable que intervengan una combinación de factores. El perfeccionismo, el miedo al fracaso y la hipersensibilidad a la crítica probablemente lideren la lista de factores contribuyentes; sin embargo, el fenómeno resulta mucho más complejo.
Es natural sentir inseguridad y dudar de ti mismo de vez en cuando. Pero si los pensamientos negativos se vuelven constantes tienes un problema. Reconocer tu mentalidad de impostor como un defecto es el primer gran paso hacia una mayor autoaceptación y un menor estrés. El acto de desentrañar las capas de tu “pensamiento tóxico” puede generar una mayor autoconciencia y una visión más objetiva de tus credenciales y el valor que aportas como líder.
Aunque la autorreflexión no siempre es fácil, en verdad es el principal antídoto para el síndrome del impostor. Pero hay mucho más que puedes hacer para silenciar a tu impostor interno.
Existen algunas estrategias efectivas para ayudar a silenciar a tus dudas internas que se reducen en gran medida a la autoconciencia, la autocompasión y una buena dosis de objetividad.
- Identifica el diálogo interno negativo: El narrador dentro de tu cabeza puede ser despiadado. Haz todo lo posible por redirigir intencionalmente esa voz hacia la compasión, la objetividad y el respeto propio. En lugar de obsesionarte con tus supuestas deficiencias, concéntrate en tus fortalezas y éxitos pasados.
- Reconoce los logros personales: Reconoce que, independientemente de cuán crítico seas contigo mismo, has hecho grandes sacrificios personales y al menos has logrado cierto éxito en el camino. Celebra tus logros y lleva un registro de tus victorias.
- Pide retroalimentación: De nuevo, tu cabeza puede ser un narrador ruidoso y poco confiable. Para obtener objetividad, inicia conversaciones con actores clave como tu equipo de liderazgo, colegas o empleados de confianza. Estas conversaciones no necesitan ser presentadas como un análisis de tus habilidades de liderazgo; en su lugar, haz preguntas abiertas durante las revisiones de proyectos o reuniones generales sobre cómo puedes apoyar mejor a tu equipo. Luego, escucha.
- Establece metas realistas: Tener metas ambiciosas como líder empresarial es maravilloso, pero estos puntos de referencia deben ser alcanzables. Sí, sueña en grande, pero no te obstaculices estableciendo objetivos poco realistas. Asegúrate de que tus metas sean SMART (Específicas, Medibles, Alcanzables, Relevantes y Acotadas en el tiempo), luego divídelas en tareas manejables. Cada paso que tú das hacia adelante es un paso que tu impostor da para atrás.
- Comprende que la perfección es imposible: No hay proyecto en la historia del mundo industrial que se haya completado sin un par de tropiezos. Quedarse corto de vez en cuando en tu trayectoria de liderazgo es algo natural, y esperar la perfección es tanto irreal como autodestructivo. El fracaso es un componente esencial del proceso de aprendizaje. Así que elimina el juicio y aprovecha los errores para tu beneficio.
Extracto de artículo publicado en Revista Entrepeneur